Seguidores

lunes, 31 de octubre de 2011

Atardecer violeta


Vemos la luz del atardecer anaranjada y violeta porque llega demasiado cansada de luchar contra el espacio y el tiempo.
Albert Einstein.

7 comentarios:

  1. Muestra de que la ciencia y la poesía no tienen porque anularse una a la otra...

    ResponderEliminar
  2. Prefiero la luz del amanecer, me simboliza más la vida...

    ResponderEliminar
  3. Por poco me quedo en esas nubes, no me importaría perderme un poquito en ellas.
    Preciosa entrada.
    Besos.

    ResponderEliminar
  4. Estéticamente me quedo con el atardecer, de todas maneras, querida Flor de Lis, todos vivimos bajo el mismo techo pero ninguno tenemos el mismo horizonte.

    ResponderEliminar
  5. Einstein es tan sorprendente, pues le apasionaba TODO. Muy amigo de filósofos, sociólogos, poetas, artistas, cuando un ose cree que un científico de su talla, debiera estar siempre aislado en sus rollos solamente... Pues no.
    Pitt, dime ¿hoy eres más amoroso ya? estoy en estado contemplativo, tratando de salvarte jajaja ¡Que va, no creo que te salves! Espero que estés bien.
    Besos y un gran abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Yo tampoco creía que Einstein pudiera ser tan poético, es bonito comprobar que sí.
    El atardecer siempre es hermoso, suaviza los contornos, parece la hora en que mejor podemos comprendernos y perdonarnos. Me encanta.
    Jardiel Poncela dijo que "el crepúsculo es el fracaso diario de la naturaleza", pero si es así,¡qué maravilloso fracaso!

    ResponderEliminar